Milanesa a la Suiza: una milanesa con una capa cremosa que la vuelve irresistible

¡Hola fanáticos y fanáticas de las recetas gourmet! Hoy en Paulina Cocina tenemos una receta que los va a hacer quedar como duques y duquesas: Milanesa a la Suiza. Y si decimos “a la suiza” creemos que todo es sofisticación y elegancia, pero se trata sencillamente de una milanesa con una salsa blanca y queso que es todo lo que está bien. Una receta fácil de hacer, con la opción de milanesa de ternera a la suiza, o milanesa de pollo a la suiza. 

Vamos a ver la forma más fácil de hacer las dos variantes más tradicionales de esta preparación. Con la receta que les brindamos pueden hacer cualquiera de estas dos alternativas, además de dejarles algunos consejos e ideas de acompañamientos para disfrutarlas en casa. 

Sobre la Milanesa a la Suiza

La Milanesa a la Suiza es una joya culinaria que combina la tradicional milanesa con pan rallado, un toque de salsa blanca y queso derretido gratinado. La fusión de la textura crujiente de la milanesa con la cremosidad del queso y la salsa crea un plato único que se vuelve irresistible. 

La preparación no tiene demasiadas complicaciones. Se puede hacer con milanesas de pollo o de carne, que se cocinan al horno o fritas, de acuerdo a los gustos de los comensales. Se prepara una salsa blanca cremosa y se le agrega un queso de sabor intenso, para darle profundidad al plato.

5 Características de la Milanesa a la Suiza

• Crujiente y cremosa: La Milanesa a la Suiza ofrece la perfecta combinación de una capa exterior crocante y un núcleo jugoso, todo coronado con el queso derretido.
• Salsa irresistible: La salsa blanca, a base de leche, harina y manteca, añade una textura sedosa que potencia el sabor de la milanesa, convirtiéndola en un verdadero manjar.
• Adaptable: Aunque la receta clásica es la de milanesa de ternera a la suiza se presta a múltiples variaciones, incluyendo o las milanesas de pollo a la suiza o la versión con cerdo.
• Simpleza con un toque sofisticado: A pesar de su elegancia, la Milanesa a la Suiza mantiene la esencia de la cocina hogareña, permitiendo que todos disfruten de su encanto sin complicaciones.
• Versatilidad: La salsa blanca puede hacerse de acuerdo a la consistencia que sea de preferencia de los comensales. Más o menos espesa. Además se puede experimentar con distintos tipos de queso, desde los de sabor intenso, como el provolone o unos más suaves, como el fresco o muzzarella.

¿Qué tiene la salsa para milanesa suiza?

La salsa blanca o bechamel es el ingrediente mágico que eleva la milanesa suiza a otro nivel de sofisticación. Con su base de leche, harina, manteca y un toque de nuez moscada, crea una textura suave y un sabor inigualable. 

Es muy sencilla de hacer y con pocos ingredientes se puede lograr una consistencia espesa y sabrosa. Su capacidad para envolver cada milanesa con su capa cremosa la convierte en el complemento perfecto para este plato tan especial. Se le puede agregar queso a la preparación de la salsa, para un sabor más intenso, además de los trozos de queso por encima para el gratinado.

Formas de preparación y variantes de la Milanesa a la Suiza

1. Fritas y gratinadas al horno: Se fríen las milanesas (de pollo, ternera o cerdo) hasta dorar, cuidando que no se queme el pan rallado. Luego se colocan en una bandeja para horno y se cubren con salsa blanca y queso rallado o en cubos. Se deja gratinar hasta que el queso se derrita y esté dorado.
2. Milanesa de ternera a la suiza en el horno: Se hacen las milanesas al horno, en una bandeja con un poco de aceite. Luego de cocinar de un lado se coloca del otro la salsa blanca y el queso, y se cocina hasta que se logra el gratinado deseado.
3. Milanesa de pollo a la suiza: Esta variante también es muy habitual y se puede hacer con pechuga o pata muslo deshuesado.
4. Milanesa a la Suiza con champiñones: Agregar champiñones salteados con ajo y perejil sobre la milanesa luego de cubrirla con la  salsa y el queso. Esta variante añade un sabor terroso a la receta clásica.
5. Suiza con tomate y albahaca: Agregar rodajas de tomate y hojas de albahaca fresca sobre la milanesa antes de cubrirla con salsa y queso. Esta variante resalta los sabores frescos y combina estilos de sabor.
6. Suiza con panceta: Unas tiras de panceta crujiente sobre la salsa y el queso antes de servir, le va a aportar un toque ahumado y crujiente.

Consejos y para una Milanesa a la Suiza perfecta

Primero hablemos sobre el tema de utilizar cortes de carne tiernos, como la nalga, la bola de lomo o el peceto. Si se hacen de pollo, ya sean de pechuga o pata muslo, procurar una cocción que no seque la carne. 

• Empanizado creativo: Experimentar con mezclas de pan rallado que incluyan hierbas secas, ajo en polvo u otros condimentos para agregar toques de sabor.
• Control de la temperatura del aceite: Chequear que el aceite esté bien caliente antes de sumergir las milanesas para lograr una fritura crujiente.

No te olvides que optar por quesos frescos o duros, puede ser un factor que marque la diferencia, dependiendo del sabor buscado. Por último, pero no menos importante: la presentación cuenta. Acompañar la Milanesa a la Suiza con una ensalada fresca o unas papas fritas para una experiencia completa.

4 opciones para disfrutar la Milanesa a la Suiza

• Papas fritas crocantes: Las papas fritas son el acompañamiento perfecto para las milanesas. Lo importante es cocinarlas en abundante aceite caliente, en varias tandas, para que queden poco aceitosas y bien crujientes.

• Ensalada de rúcula: Para contrarrestar la riqueza de la Milanesa a la Suiza con la frescura de una ensalada con rúcula y un ingrediente crocante, como el maní. Esta ensalada aportará un equilibrio refrescante al plato.

• Sándwich de milanesa: Se puede transformar la milanesa suiza en un sándwich gourmet. Simplemente colocar una porción de milanesa entre dos rebanadas de pan tipo baguette y añadir ingredientes como tomates secos y un pesto tradicional. 

• Fideos con Milanesa: Una de las grandes combinaciones que nació en los hogares, y se volvió tendencia en los restaurantes, es la de los fideos con manteca y queso rallado, acompañados por milanesas. Y si es a la suiza, ¡mucho mejor!

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Receta de Milanesa a la Suiza

Rinde: 4 porciones

Tiempo de preparación: 45 minutos

Ingredientes

• 4 filetes de carne (pollo, ternera o cerdo)
• 1 taza de queso parmesano o provolone rallado
• 1 taza de pan rallado
• 2 huevos
• 1 cucharada de perejil y ajo picados
• Sal y pimienta a gusto
• Aceite para freír
• 4 cucharadas de manteca
• 4 cucharadas de harina o maicena
• 2 tazas de leche
• 1 pizca de nuez moscada

Cómo hacer Milanesa a la Suiza paso a paso

1. En un plato hondo batir los huevos con la cucharada de ajo y perejil picados. Salpimentar a gusto. En un recipiente amplio colocar el pan rallado.
2. Sumergir cada filete de carne o pollo en el huevo batido, asegurándose de cubrirlo completamente, luego pasarlo por el pan rallado presionando ligeramente para que se adhiera bien a la carne. Repetir este proceso con cada filete.
3. Calentar suficiente aceite en una sartén grande a fuego medio. Freír las milanesas hasta que estén doradas por ambos lados (aprox. 4-5 minutos por cada lado). Retirar y colocarlas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
4. Para hacer la salsa, derretir la manteca a fuego medio en un sartén aparte. Agregar la harina y mezclar constantemente para formar un roux. Cocinar por 1-2 minutos hasta que tenga un color dorado claro.
5. Verter la leche poco a poco mientras se sigue mezclando para evitar grumos. Agregar una cucharada de queso rallado y cocinar hasta que la mezcla espese y tenga una consistencia cremosa. Condimentar con una pizca de nuez moscada y sal a gusto.
6. Para gratinar calentar el horno y colocar las milanesas en una fuente, lo ideal es hacerlas en la parte baja o en el gratinador del horno. 
7. Verter la salsa por arriba de las milanesas cubriéndolas completamente. Espolvorear el resto del queso rallado sobre cada milanesa y llevar al horno hasta que el queso esté derretido y dorado, lo cual tomará aproximadamente 5 minutos. Servir decoradas con perejil fresco picado por encima.