Las estadísticas arrojan cifras escalofriantes:
El 67% de las preparaciones dulces de San Marcos Sierra llevan harina de amendras.
Esto es porque los Señores Hippies saben de nutrición y la harina de almendras es muy pero que muy muy buena pa’ la salú.
La almendra es como una cápsula mágica: tiene vitamina E, hierro, proteína, fibras, de todo. Ayuda a la belleza (piel, pelo, uñas…) y tiene muy pocas calorías. Mejora la memoria y la inteligencia en los niños. O sea: qué-buena-onda-la-almendra.
Peeero, el muchacho este que estoy criando no come almendras. Así que la pediatra me recomendó que añada harina de almendras a las preparaciones dulces. Ya les pasaré recetas más específicas pero básicamente reemplazo una parte de la harina que esté utilizando por harina de almendras. No mucho, unas cucharadas.
Si quieren ver una receta maravillosa con harina de almendras les recomiendo esta Baklava Bosnia, un postre imperdible.
Escasa de ingenio, me despido atentamente y los dejo con la receta.
Ingredientes
bah, ingrediente
- Almendras
- Nada más
Cómo hacer harina de almendras casera
verán qué sencillo, amiguitos
1. Pelar las almendras si no están peladas (las pasás 1 minuto x agua hirviendo y luego la piel se sale sola). También puede hacerse con la cáscara.
2. Poner las almendras peladas en una sartén seca y llevar a fuego removiendo, unos 7 minutos. La idea no es tostarlas sino simplemente dorarlas. Esto hará que estén bien secas y que podamos hacer una harina y no se nos forme una pasta. Este paso también puede hacerse en el horno.
3. Dejar enfriar. Nunca triturar antes de enfriar ya que, otra vez, se formará una pasta.
4. Triturar hasta obtener la harina.
Este es el aspecto
además de nutrientes aporta un sabor muy rico
